El sector marítimo de la industria de defensa ha confiado durante mucho tiempo en lastres de plomo para lograr la estabilidad de sus embarcaciones, así como en ánodos marinos de zinc y aluminio para proteger el casco contra la corrosión. La alta densidad y resistencia a la corrosión del plomo lo convierten en un metal preferido para lastres en buques de defensa y en embarcaciones en general, proporcionando el peso necesario para garantizar la estabilidad del vehículo. Cuando se enfrenta al desafío de almacenar materiales radiactivos o proteger contra la exposición a radiación gamma, las láminas de plomo o cadmio son ampliamente utilizadas en la industria de defensa. Cuando se requiere mayor espesor, los bloques de plomo pueden ser una mejor alternativa. Estos bloques son adecuados tanto para estructuras temporales como para instalaciones permanentes.